Prólogo
¿Pueden tener algo en común Don Quijote de la
Mancha y un empresario del Siglo XXI ? ¿Es posible pensar que el mundo
de los sueños puede relacionarse con el mundo de los negocios?
En ambos casos creo firmemente que la respuesta es
afirmativa. Es más, estoy convencido de que ambas respuestas deberían
ser afirmativas. Un empresario debe ser, ante todo, un realizador de
sueños.
Todo el mundo tiene ilusiones. Desde la niñez, cada
uno va construyendo la ilusión de lo que quiere para su vida. Sin
embargo, el día a día va sofocando el impulso aventurero que todos
llevamos dentro hasta que, en muchos casos, se termina por renunciar a
lo que en su momento fue el gran proyecto de vida. Es la victoria del
conformismo.
Don Quijote se rebeló contra ese destino de muchos.
Provisto de una armadura mal hecha, un caballo viejo y un compañero de
aventuras, el Caballero de la Triste Figura salió al mundo para llevar
a cabo la aventura de hacer su sueño realidad: transformarse en un
hidalgo caballero que por único oficio tuviera que enderezar entuertos
y enmendar sinrazones, para mayor gloria de su amada Dulcinea.
En su camino encontró palizas y perdió batallas; lo
tildaron de loco y lo alcanzó la burla y el escarnio. Paradoja, en esa
circunstancia el viejo Quijote nos deja uno de sus consejos más
preciados: Pero de vosotros, soez y baja canalla, no hago caso alguno
( I, 3). El silencio como respuesta al insulto del mediocre.
¿Y qué es un empresario? ¿No es, acaso, un hombre
lleno de sueños que sale al mundo en busca de la aventura? ¿No es,
muchas veces, un Quijote que debe luchar contra la incredulidad de los
demás hacia su capacidad?
La gran lección que recogí de mi temprana lectura
de El Quijote es que toda empresa –entendida ésta no sólo como un
negocio sino como proyecto de vida –requiere de un objetivo claro,
decisión e ilusión. Don Quijote exhibía tales atributos y los
compartía con Sancho Panza, el entrañable compañero de ruta.
Como todo ser humano, el hombre tenía imperfecciones
y Cervantes las revela de una manera tan clara que también nos permite
aprender de los defectos del manchego. La impaciencia y la intolerancia,
cuando la circunstancia requería de lucidez y calma para la correcta
toma decisiones, eran los principales enemigos de Quijote.
Algunos podrían decir que su mayor defecto fue el
exceso de sus sueños. En ese aspecto tengo una observación: la
Historia del hombre, tan bien representada en la obra de Cervantes,
demuestra que los grandes soñadores son los que marcan la diferencia.
Son los que emprenden el camino que otros siguen; son los que construyen
castillos en el aire, pero después los cimientan en tierra firme.
Por esas razones, "Don Quijote para
empresarios", de Bernardo Ahlborn, me parece tan valioso porque ha
logrado rescatar –como reza la bajada del libro –atinados consejos
del Ingenioso Hidalgo a los ejecutivos del Siglo XXI. Su estilo,
sencillo y fresco, permite repasar las lecciones de vida que el noble
manchego nos heredó. A cuatrocientos años de su nacimiento, el
Caballero de la Triste Figura luce más joven que nunca.
Hoy, cuando vuelvo a las páginas de El Quijote, no
sólo renuevo mi fe en los hombres que se atreven a soñar, también me
permito construir nuevas ilusiones personales. Siempre hay una aventura
que espera ser vivida.
José Antonio Colomer Guiu
Director General del BBVA Banco Continental.
Vice - Presidente 1º de la Cámara Oficial de
Comercio de España en el Perú.

El Quijote por supuesto, pero ¿Para empresarios?.
Cuando Bernardo Ahlborn me propuso las conferencias sobre El Quijote
para empresarios para el Centro Cultural de España, me di cuenta
que entre Bernardo y Alonso Quijano había similitudes, desde luego no
por la locura aparentemente, sino por la razonable utopía de
los dos. Nunca se me había ocurrido, pero conforme vi el tratamiento
del autor, su conocimiento profundo de la obra de Cervantes y las
interesantes proposiciones practicas que salían de su estudio, me di
cuenta que estábamos ante una nueva visión de la obra Cervantina,
que fluye sola del texto, sin forzadas aproximaciones, solo había
que tener buenos ojos y una gran imaginación e inteligencia, como la de
Bernardo Ahlborn, para que ese Quijote oculto por tantos
siglos saliera a la luz.
Esta obra nos proporciona, de manera coherente,
enseñanzas, consejos, técnicas, incluso artimañas, que un empresario
puede utilizar en beneficio de su firma, de sus trabajadores y de sus
clientes. El Quijote se convierte pues en un manual de práctica
empresarial de uso obligado, no solo para la empresa industrial,
comercial o de servicios, sino para todas las innumerables empresas con
las que tenemos que lidiar todos, día a día y que forman parte de
nuestro discurrir por este mundo
real, discurrir que gracias a los dos Quijotes, Bernardo
y Alonso, se nos hace mucho mas llevadero.
Ricardo Ramón Jarne
Director del Centro Cultural de España
Lima – Perú

"Don Quijote para empresarios", de Bernardo
Ahlborn, me parece tan valioso porque ha logrado rescatar –como reza
la bajada del libro –atinados consejos del Ingenioso Hidalgo a los
ejecutivos del Siglo XXI. Su estilo, sencillo y fresco, permite repasar
las lecciones de vida que el noble manchego nos heredó. A cuatrocientos
años de su nacimiento, el Caballero de la Triste Figura luce más joven
que nunca.
José Antonio Colomer Guiu
Director General del BBVA Banco Continental
Vice – Presidente 1º de la Cámara Oficial de
Comercio de España en el Perú

Debemos felicitar la iniciativa de Bernardo Ahlborn
al escribir "Don Quijote para empresarios" ya que
además de entretener y divertir es un libro para todos, donde vivimos
situaciones paralelas dentro y fuera de nuestro ámbito laboral,
describiendo cada aspecto de nuestras actividades diarias. Sin duda
todos tenemos algo de Quijote y ese anhelo de alcanzar nuestros sueños,
"Don Quijote para empresarios" nos enseña como
desafiarnos a nosotros mismos para conseguirlos. Podemos concluir
ratificando que Don Quijote pasó de ser un personaje, un nombre, un
sustantivo, a convertirse en una serie de cualidades y adjetivos que
todos deseamos poseer para que rompa los esquemas del día a día.
Javier Márquez Rodríguez
Gerente General
Cámara Oficial de Comercio de España en el Perú.